Ligereza en el aire, las vibraciones pasan juntas una a una por mis cavidades. La emisión de sonidos nada tiene que ver con la realidad.

Una a una la descomposición de las imágenes, mis imágenes, erosionan el habitat de mi ser. Cada uno de los elementos se van forjando en finos dobleces vivos, tanto como el astro diurno. Se secan, llueve, el agua les da vida, la vida trae consigo la muerte, la muerte es uno de las premisas fundamentales del concepto de eterno. Así, soy infinito y nada.

Muerte, violencia y destrucción, la panaceica relación estiba la incomprensión de la mente. Únicamente la violencia nos pertenece. La muerte pertenece al ciclo de la vida, sin élla propiamente no hay vida, si acaso eternidad. La destrucción es una consecuencia/causa de la muerte. En toda forma no tiene voluntad y pertenece al semejante "nacimiento-muerte, construcción-destrucción". Pero, ¿la violencia?

No es un evento de la naturaleza el estado de violencia, en la naturaleza se tiene intensidad, fuerza, sobrevivencia del más apto, belleza y funcionalidad perfeccionadas. No es una evolución, pués siempre ha sido la misma estación de la condición humana.

¿Qué es la violencia? Turbulenta razón del pensamiento que mezcla impávidamente sentimientos, pasiones e ideas sin restricciones. Libertad plena en comunión de goze del ser externo con el interno sin prejuicios o restricciones establecidos por alguna de las partes. Acto, no de destrucción, sino de una necesidad de ser libre en la vida. La violencia contrasta con la libertad del ser.

Cierra los ojos, ¿dónde estás!, no vez que estoy descansando? No tiene mucho que salio corriendo, si ahi. Ok. En cuanto su piel se desprendio, un brisa refresco el espacio, una bala tras otra perforó sus creencias y le hizo negarlo todo, hasta caer sin-ser en medio de las hormigas. ¿Cúando se callaran las sirenas?, sus cantos me atrapan, coquetean con su mirada - ¿de dónde eres? bien, conosco el lugar... lo he visto en tus ojos.